jueves, 1 de mayo de 2014

Pequeños tesoros (Lo que encontré en cuentos escritos por niños)


















Buenas, buenas, amigos de los Forajidos. Espero que hayan pasado un lindo feriado, aprovechándolo como mejor les haya parecido. Por nuestra parte, no descansamos ni cuando los post caen en días festivos porque, como dice una frase muy acertada, atribuida a Lawrence Kasdan, guionista de Star Wars y co-creador del personaje de Indiana Jones: 

"Ser escritor es como tener tarea todas las noches, por el resto de tu vida."

Y hablando de tareas, la experiencia que da origen al post de hoy, fue precisamente una que me encargaron a principios de año y de la que no sabía qué esperar: nada más y nada menos que ser jurado de un concurso de cuentos escritos por niños.

O_O

Sí, eso mismo pensaba yo.


Aclaración inicial: esta Forajida nunca quiso ser maestra parvularia

Lo confieso, soy lo menos "child-friendly" que pueden encontrar en su camino: un cero a la izquierda en lo que hace a paciencia y en permanente disenso con quienes sostienen que la bondad y la ternura son parte esencial de la naturaleza de los pequeños. 

¿Por qué es importante mencionarles esto? Simple: para que tomen en serio mis palabras. Si alguien como yo les dice que la oportunidad de visitar el mundo interior que estos jovencitos revelaban en sus escritos fue algo verdaderamente genial, DEBEN creerle.

Porque si bien antes de comenzar con mi trabajo de jurado no sabía cómo iba a resultar todo esto, apenas empecé a revisar los cuentos que me enviaron para premiar, me sentí muy feliz y satisfecha, porque en ellos encontré, y de una manera quizás no tan incipiente como se podría imaginar, las cosas que más me gustan de la literatura.


1. Grandes virtudes para un escritor: imaginación, originalidad, dinamismo, visión del mundo.

Veinte participantes, veinte cuentos entre los cuales teníamos que seleccionar seis. Si bien una de las cosas más lindas fue que todos tenían alguna virtud que destacar, algo que nos llamó mucho la atención –a mí y a mi otra colega jurado– fue el hecho de que estuvimos de acuerdo en los premios y menciones desde un primer momento. Cada una leyó todos los cuentos por su parte y después vinimos con nuestras impresiones y la idea de consensuar una decisión. Lo simpático fue que no hizo falta, la selección y el premio a otorgar a cada cuento fueron unánimes.

En el cuento ganador del primer premio encontramos una historia con un enfoque muy original, en el segundo, una narración dinámica y entretenida, y en el tercero un mensaje transmitido de manera clara a los lectores, con mucho de la visión del mundo de su autora. En todos ellos y también en las menciones había algún giro inesperado, una agradable sorpresa, una estructura muy adecuada y un final muy bien armado. Los pequeños ganadores no caían en clichés, se alejaban de las mismas historias de siempre para construir sus particulares mundos de ficción. 

Al ponernos a pensar en que varias de estas características se vuelven elusivas muchas veces en los cuentos escritos por adultos, nos preguntamos si estábamos ante un grupo de grandes talentos o si estas virtudes, presentes de un modo natural y casi instintivo en la infancia, se van perdiendo luego, cuando la vida y el pensamiento se vuelven más complejos.

Y si bien siempre es beneficioso volver a mirar de vez en cuando el mundo con ojos de niño, también surge de esta experiencia otra verdad:


2. Fe en el futuro: restaurada.

Recuerdo una vez haber visto en Twitter un comentario que decía: "Hoy los niños de dos años desbloquean un iPhone y abren aplicaciones. Yo a esa edad comía arena". Y debo admitir que en algún momento, mientras cumplía esta tarea de ser jurado de un concurso infantil, me sentí un poco así. Porque a la edad en que estos niños escriben ya historias con todas las virtudes que mencioné arriba (quizás sin ser conscientes de ello ni esforzándose en buscarlas, cierto) las máximas narraciones que yo inventaba nacían y morían en las horas de juego con mis "Playmobil".

Tras el acto de premiación, conversando en un momento con una de las ganadoras, ella me comentaba acerca de la próxima historia que estaba escribiendo y que iba ya por las noventa páginas. La profundidad del conflicto que planteaba su protagonista y el enfoque que le daba y se sugería ya a partir del título, me dejaron simplemente admirada. Y esperanzada. Muy esperanzada ante esta nueva generación de escritores que empieza a dar sus primeros pasos ante el público y a recoger los frutos de largas horas de esfuerzo.

Me siento agradecida por la oportunidad que me dio esta tarea de adentrarme en un mundo del que conocía poco. Las nuevas generaciones son, como en todos los casos, diferentes a las que las preceden. Los niños de hoy acceden a información y conocimiento que nosotros, a la edad de ellos, no llegábamos siquiera a vislumbrar. Pero ello, con todos los problemas de quema de etapas que puede acarrear, les enseña también a tener la mente más abierta y a desarrollar una sensibilidad mayor hacia una humanidad que se presenta global. 

Fue un verdadero placer conocer a estos niños que empiezan ya a llenar de orgullo a sus "mayores". Espero volver a verlos pronto en próximas premiaciones y eventos literarios.

¬-(o_Ó) Saludos forajidísticos.



PS: Sé que estoy en deuda con los lectores que son también escritores, pero prometo ponerme al día lo más pronto que pueda. Ya estoy reuniendo las bases de algunos concursos de cuentos locales y regionales, así que no se alejen demasiado del Yermo, se viene el post con todas las orientaciones para los cazarrecompensas, edición 2014 (>_<)/ Vayan preparando sus cuentos. Hay millones en juego O_O




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